Lo ocurrido en contra de diferentes jóvenes, integrantes de la comunidad skaters en Bogotá, ha sido una de las peores actuaciones por parte de la fuerza pública.
El pasado viernes 21 de junio se celebró el día mundial de los skaters, personas que se desplazan en patinetas por las calles de la ciudad. Como se hace cada año, esta comunidad tuvo un acompañamiento de la Policía Nacional en los recorridos que se habían programado para la celebración.
Todo iba bien hasta que alrededor de las 3:00 pm una patrulla de la Policía envistió a uno de los muchachos de manera violenta, lo que motivó una reacción del grupo de jóvenes que estaban alrededor. Fue tan violenta la acción de los policías, que uno de los que iba en la patrulla, realizó varios tiros al aire. Minutos después, otros dos policías, en sus motocicletas, atropellaron a varios jóvenes sin razón alguna, dejándoles a varios de ellos lesiones en varias partes de sus cuerpos. En otro punto de la ciudad, en la misma tarde, otro agente de la Policía golpeó a una mujer en la cabeza de manera violenta e injustificada.
Como Representante a la Cámara y como skater, rechazo estas acciones realizadas por algunos policías y esperemos de verdad sean sancionados como lo informó el Comandante de la Policía de Bogotá, el señor Mayor General Hoover Penilla Romero.
Desde mi oficina, con la participación de toda mi Unidad de Trabajo Legislativo, estamos apoyando y ofreciendo orientación jurídica a todos los jóvenes que salieron afectados por el abuso policial.
Celebro el anuncio que hizo el General Hoover Penilla, Comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, en el sentido de que los agentes que realizaron esas desafortunadas acciones ya fueron separados de sus cargos mientras se adelanta la respectiva investigación disciplinaria e incluso las investigaciones penales por los abusos registrados en contra de los jóvenes.
Creo que además de las investigaciones y consecuencias jurídicas que puedan sobrevenir de esta situación, la Policía Metropolitana debe reflexionar sobre la capacitación que reciben sus hombres y las conductas y procedimientos que se deben realizar con los diferentes grupos poblacionales de la ciudad, dado que cada grupo social tiene interpretaciones y manifestaciones culturales diferentes que en nada contravienen en el bienestar y convivencia.
Llamo la atención de la administración distrital y de la Policía Metropolitana de Bogotá, para que este tipo de incidentes y de comportamientos de abuso policial no se registren y no tengamos hechos que lamentar durante la realización, en los próximos días, del evento denominado Rock al Parque, lugar al que la mayoría de los asistentes son jóvenes.
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