Peñalosa dejó el futuro de la movilidad en el pasado y condenó a la ciudad a más retraso

Después de tres años con Peñalosa en la alcaldía, los problemas de movilidad de la ciudad, no solo no se han solucionado, si no que han empeorado al punto que hoy los ciudadanos desaprueban la gestión del señor en un 74%, cifra que lo deja como el peor alcalde de Colombia.

Las soluciones definitivas a los trancones y a la grave crisis de la movilidad que vive la ciudad, fue la principal mentira que el señor Peñalosa le vendió a los bogotanos para que votaran por él. Sus propuestas se resumen en un corto video que circula en las redes sociales donde el señor, con pinta de ejecutivo, presentado como el gran urbanista de talla mundial, afirmaba que el problema de los trancones y la movilidad en Bogotá se solucionaba en dos meses. Recuerdo que decía que ese era un problema de decisión política.

Pues bien, el señor se hizo alcalde y tres años después los problemas de movilidad de la ciudad, no solo no se han solucionado, si no que han empeorado al punto que hoy los ciudadanos desaprueban la gestión del señor en un 74%, cifra que deja a Peñalosa como el peor alcalde de Colombia.

Desde el Congreso de la República siempre he afirmado en mis debates de control político que la administración del “sátrapa”, como lo he denominado, se ha dedicado más a desarrollar los grandes proyectos de infraestructura vial en torno a su proyecto personal de TransMilenio, al punto que, para el Metro elevado, sus buses tienen un lugar predominante en la ejecución de obras y diseños. La desfachatez de Peñalosa llegó hasta el descaro en el que decidió amarrar al proyecto Metro las nuevas troncales para TransMilenio con el nombre de troncales sociales.

Peñalosa se ha dedicado a viajar por el mundo promocionando su negocio de buses pegados como el mejor sistema de transporte del mundo y demeritando todos los proyectos de construcción de metros subterráneos que se construyen. Llegó a tal punto, que denominó el recién construido Metro de Panamá como un “juguete”, demostrando una absoluta falta de respeto, atrevimiento e ignorancia.

Lo peor para la ciudad es que el señor Peñalosa dedicó los cuatro años de su administración a retrasar la construcción de Metro. Anuncio tras anuncio, sobre el inicio de la construcción de la obra, Peñalosa enredó con promesas falsas la construcción de proyecto de infraestructura vial más importante de la ciudad y del país.

La tapa del descaro, fue cuando de manera descarada decidió cerrar el camino a las empresas productoras de tecnologías eléctricas en la licitación para la renovación de las flotas de buses para las fases I y II de TransMilenio. Con esta decisión, Peñalosa abrió el camino para que la ciudad comprara más buses VOLVO a diésel, que contaminan y condenó a la ciudad al retraso y al subdesarrollo. Y de paso, condenó a los bogotanos a respirar aire contaminado por tres décadas más.

Muy seguramente, son muchos los temas y aspectos que se pueden tocar en relación con la movilidad en Bogotá, pero en esta sección, los visitantes van a encontrar mis opiniones y reflexiones sobre dos temas fundamentales; construcción del Metro y las nuevas troncales para Transmilenio.