La dignidad y los derechos de los trabajadores han sido una lucha constante a lo largo de la historia. Los vendedores informales no son la excepción. Son personas que llevan décadas en el espacio público solventando su mínimo vital y que encuentran en las calles de Colombia la mejor opción para sacar adelante sus familias, su proyecto de vida. Lo hacen con orgullo y con la convicción de que no son ni delincuentes ni criminales.
Por esto en el día del trabajo hacemos un pequeño homenaje a esas personas que trabajan de sol a sol, con lluvia, con frío, pero sobre todo con dignidad y honestidad, luchando todos los días contra la injusticia de un país donde no hay oportunidades laborales y contra la arbitrariedad de los funcionarios de policía que abusan de su cargo para pisotear sus derechos. El trabajo de los vendedores informales se respeta. ¡Fuerza!
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